Si un día te digo que te vayas, no me hagas caso, solo voy a querer que me digas que nunca te iras.
Cuando me miran mucho siento como si me estuvieran juzgando mi ropa, mi físico, mi cara, mi todo. Eso me incómoda.
No me arrepiento de haberte dado todo, porque cuando te den menos, te vas a acordar mucho de mí; así que yo ya gané.
¿Por que sigo aferrada a ti si sabemos que ésto ya no tiene remedio?